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Almas alimentadas

lunes, 30 de mayo de 2016

PD: Me odio



   Mientras corría en busca de la paz, me pregunté a mí mismo si en verdad me hacía falta o era que estaba demasiado enfocado en escribir como me sentía. Y busque de todas formas ¡Ni hablar! Busque debajo de mi cama como un estúpido, busque en el sol, en la lluvia, y no tenía señales de que podría encontrar lo mejor de mi vida. Pero una noche sentado en la vereda, comprendí que de quien menos esperaba, era en donde aguardaba todo el potencial. No estoy hablando de una persona ni un amor, esta vez no se trata de eso, te lo prometo...

   Había cambiado toda mi imaginación, por tan solo unos minutos más dibujando mi horizonte ¡Y le faltaban un montón de colores! Un montón de árboles con vida y demasiadas flores, de esas que te alegran la vista, encima estaba a mitad de primavera... Cosa posible de pasar, pero lo estaba viviendo, me sentía tan vacío y no comprendía lo que realmente me angustiaba en la búsqueda. Toda una vida me podía pasar tratando de pacificar mi alma, y no lo iba a concretar jamás. Todo por mirar demasiado adelante sin observar que, en los costados estacionaban las cosas más importantes de mis últimos años. —La pasión tiene que ser enorme para lograrlo— me decía un cartel viejo en una ciudad extraña, y sabía que tenía razón.

   Un final puede tener principalmente un tema a enfocar, como también pueden ser más que los dedos de nuestras manos. Imagínate no poder agarrar y solucionar todo en un mismo tiempo ¡Tragedia total! Y así, golpeado hasta los codos, entendí que si paraba me alejaría aún más y en verdad nunca había comenzado a buscar. Era tal la ilusión, que se me olvidó concentrarme en el deseo de convertir a mi alma en una mejor representación.

   Sé que un día me levanto fácil, también sé que leyendo mis cuadros suelo enojarme conmigo mismo por ser tan vibrante. Pero es lo que merezco creo, quién sabe qué otra cosa me ayudará. Si en cada parte del alma, tendríamos bien aceptado cuanto amor nos queda en el tanque, estaríamos más seguros de convencer al corazón.

   Sigo pensando porqué es tan difícil alcanzarte, aunque pensándolo bien, sería un problema menos para mí sí me quedo quieto, ya que suelo moverme demasiado y todo, siempre todo tiene que ver acá. Me voy cansando más o menos de mis actitudes, un día sí, otro no, y no es que sea bipolar, sino que mi cabeza se cuestiona de más su padecimiento y logra llevarme hacia donde pocos lo hacen. Al leer algún autor su hipótesis de las cosas que creías tener o alcanzar se desvanecen y así, vengo repitiendo esa palabra hace como siete textos; pero me es imprescindible no hablar de ella. No hablar de vos, de las costumbres de los ciegos que somos por miedo, de lo tontos e insanos con nosotros mismos, déjame alcanzarte, déjame recorrer cada rotura y penetrar en tu espíritu, rellenar el vacío y vibrar tan elocuentemente tus actos. Quiero ser la salida, la entrada, y el medio de túnel, básicamente quiero sentirme en tu propio cuerpo. No temas, no soy caníbal. Todavía…

   Es el arte quien me guía a seguirte tan ciegamente por todos los laterales de los laberintos de mi alma. No sé qué es lo que pasa por mi cabeza al pensar en vos, pero de seguro no pueda aguantar por los próximos minutos. Me detengo a soñar en que sería tomarte una vez más la mano y despertar junto con mi perro, envuelto en una sábana liviana, en primavera, en un parque, y el sol bajando, con un mate, las risas y toda esa inmensidad.

   Quizá precise decirte la verdad y no dar tanta vuelta. Acostumbrándome al olvido y al despojo miserable de conquistar un reino, colocándome la corona (la que más hace brillar a mis ojos) y no es que tenga un valor excedido respecto al dinero. Me transformo en alguien que me gusta, es por eso, yo vuelvo.

   Soñé que no debemos engañarnos por sensaciones vanas y corrientes, porque merecemos tal cual brindamos, y si te niegas a recibir la menor caricia, te llevas al vacío temporal, dañino y tan temerario, como lo es hoy día, año 2016. Falta tanto amor en la calle…

   Hoy puedo contarte que me hablo a mí mismo con el fin de reconfortar todo lo que me rodea. No te das una idea lo que vale hacerlo. Fueron dos palabras las que me llevaron a lograr la paz. Pude admitir lo que puedo llegar a ser y que en realidad ser lo que fui, no tiene ningún valor.

jueves, 26 de mayo de 2016

Lo que habita




   Buscar cosas que nos hagan bien. Que al suceder, nuestro universo nos derive hacia algún infinito, y en ese infinito, recorra la fuerza, la energía y el acompañamiento. Ya ves, vamos a terminar siempre en un vaso, tratando de con las manos alcanzar el borde por el cual nuestra boca se pierde, sino dejamos de soltar toda esa oscuridad abundante estando en soledad.

   Uno no tiene la culpa de elegir mal, esa elección merecía ser tomada, porque así es como se vive, no podemos matarnos a nosotros mismos por algo tan común. Aunque pensándolo bien, uno elige creyendo que es lo correcto y correspondiente y el paso de los momentos te van mostrando cuán desorientado puede llegar a estar uno, aun sintiendo seguridad en la elección. Tranquilos, no existe algo tan malo que pueda vencerte fácilmente, las cosas fáciles no existen.

   Me gusta el llanto, ese que ahoga gargantas, hunde pechos y quiebra sentidos. Me gusta caer en sus manos, siempre y cuando sea por alegría, aunque quizá no haya llanto triste (este viene para salvarnos de un verdadero cautiverio).

   Tenemos razón, somos un pedacito de pan tirado en una plaza, esperando ser comido por palomas. En cierto modo, nos vamos transformando en víctimas por no expresar lo que el cuerpo pide a casa instante. Es tan simple decir las cosas y dejar pasar los momentos. Es tan simple dárselas de humano que, terminamos enroscados, perdiéndonos en los rincones más profundos de nuestros pensamientos.

   No lo vemos, claramente no lo vemos venir, sólo pasa y así nos convierte y adapta a un extremo virtual, en donde los problemas se agigantan ridículamente. Pero todo bien, si podemos seguir dándole vuelta a las páginas, sigamos leyendo…


   Uno no tiene la culpa de elegir mal, esa elección merecía ser tomada, porque así es como se vive, no podemos matarnos a nosotros mismos por algo tan común. Aunque pensándolo bien, uno elige creyendo que es lo correcto y correspondiente y el paso de los momentos te van mostrando cuán desorientado puede llegar a estar uno, aun sintiendo seguridad en la elección. Tranquilos, no existe algo tan malo que pueda vencerte fácilmente, las cosas fáciles no existen.


   Me gusta el llanto, ese que ahoga gargantas, hunde pechos y quiebra sentidos. Me gusta caer en sus manos, siempre y cuando sea por alegría, aunque quizá no haya llanto triste (este viene para salvarnos de un verdadero cautiverio).


   Tenemos razón, somos un pedacito de pan tirado en una plaza, esperando ser comido por palomas. En cierto modo, nos vamos transformando en víctimas por no expresar lo que el cuerpo pide a casa instante. Es tan simple decir las cosas y dejar pasar los momentos. Es tan simple dárselas de humano que, terminamos enroscados, perdiéndonos en los rincones más profundos de nuestros pensamientos.

   No lo vemos, claramente no lo vemos venir, sólo pasa y así nos convierte y adapta a un extremo virtual, en donde los problemas se agigantan ridículamente. Pero todo bien, si podemos seguir dándole vuelta a las páginas, sigamos leyendo…

jueves, 12 de mayo de 2016

Seguí


     En el único lugar donde no habita la distancia, es en el mismo donde quiebran los sentidos y, las manchas del desamor, ahogan toda grieta posible de existencia. Ese lugar me gustaría que pienses cuál es, y que lo escribas en un diario, guardes para vos mismo. De esa manera, comprenderás que, en nuestro mismo cuerpo, la distancia juega un juego que no tiene idea si existe para causarnos dolor o para aumentar un gozo futuro de encuentro.

   El problema no es el tiempo, ni la distancia, ni su división, ni menos su multiplicación, ni nada de lo que pasa con ellos. El problema es la velocidad, pero no es culpable, los culpables somos nosotros por abusar de ella, y querer obtener cada día más rápido las cosas, la paciencia no se animó a pelear su lugar y ahora vive en un bosque donde se encuentran las mañana agradables y los árboles sienten a las ardillas recorrerlos. Un hombre pasa sólo unos minutos al patio para tomar aire y logra entender porque la mala costumbre invade la vida humana en la sociedad de los años corrientes. El cree y seguirá creyendo que la velocidad debe sentirse en el cuerpo, y no con los resultados de las acciones o las cosas que sino, se pierde todo respeto quebrando las relaciones.


domingo, 8 de mayo de 2016

Ch ch




   Una mujer sufre, al anhelar la idea de transformarse en "la cenicienta", y querer entender a todos los cuentos con finales felices, encontrando a su príncipe azul. Por otro lado, viviendo en el mundo real, comprendemos que los príncipes abundan, pero ninguno del color para cumplir sus deseos.

   Usted, jovencita, debe tratar de no hacerle tanto caso al corazón hasta pasar los 21 años, porque ese músculo tan preciado todavía no se ha desarrollado del todo y, sin dudas, con sus sufrimientos le vas impidiendo su proceso. No digo que este mal enamorarse locamente en su adolescencia, sino que, la mayoría de veces, perderás la cordura que tanto cuesta encontrar.

   Y usted, joven, trátela con cariño si ella no es experimentada. Ceda su apoyo y no se fije en otra cosa, que no sea su sonrisa. Verás, vale un montón mantenerla encendida y dispersada por todo su cuerpo. Ella querrá tomarte la mano cada vez más tiempo y, si rompes ese hechizo, ten en cuenta que su corazón no desarrollado comenzará a ahogarse.

    Si esto último se cumple, quiere decir que su anhelado príncipe azul comenzará a descolorarse al poco tiempo. De lo contrario, podrás devolverle su zapato cada vez que quieras y necesites.

viernes, 6 de mayo de 2016

Lo que alguna vez se escucha.


   Y la vida siguió... 
Como sigue el curso de todas las cosas; como los reproches se hacen valer en medio de la noche a cambio de un último beso; como también el agua refrescando en la orilla una y otra vez, sin cesar. Nadie es dueño en verdad de su propia voluntad, si no es capaz de aferrarse al olvido para encontrarse a sí mismo.

   Relajate y deja pasar la próxima escena que viene, no va a ser tan duro como creías; aunque sobre el proyector aparezca sólo tu parte oscura; aunque la tempestad abunde sobre los asientos de tu sala, y las palomitas no sean las más ricas que hayas probado; aunque haya niños molestos que griten y, existan quienes no se callan durante la función. Todo es parte del paisaje, todo viene trayendo su tiempo para la reproducción y, nada de lo que encierra a tu mundo, esconde verdaderamente al espíritu (quien hace tiempo se encuentra apretado y abollado en tu pecho).

   —Relajate— siempre decía ella, "Lo malo existe para sacar brote a la bondad de la cual estas sometido por el resto de tu vida". Quisiera saber que distancia sufrimos hoy, si realmente tu presencia me serviría de esperanza, porque aún estoy siendo paciente y en verdad necesito oírte. Eso provoca la muerte, ves. Pensar en lo que ya no está.

   Debe ser, que llega un momento en el cual nuestro corazón no entiende cómo interpretar tantas cosas que le hacemos sentir. Debe ser que se pierde siendo libre y preso a la vez de nuestra sangre, que de tanto golpe al cuete ya va dejando de hacernos caso y, de tan poca adrenalina, nos enreda de a ratos con cualquier persona.

   Nos perdemos y lloramos, ¿y todo eso para qué? Si al llegar a casa sin tener una mano por tocar, la vida se pierde al tacto mismo. Será que estamos destinados a desgarrarnos a pedazos la mayoría de veces y seguir sin entender que, de todo esto que vivimos, en realidad muy pocas cosas son un sueño y lo demás es suerte. Pero no cualquier suerte, eso no se consigue si no caminas, si no perdes, si no reaparecen personas, si no vivís, prácticamente. Y por eso, por eso es que mi cuerpo ya no le pertenece a nadie, ni a mí, imagínate. Ando sin rumbo por castigo y el mismo me ha traído hasta vos de nuevo.

   ¿Vos valorás todo lo que el corazón te demanda y lo que tu cabeza te muestra una y otra vez en ese universo infinito? Cosa buena sería dejar de pensar, pero también triste, sin poder ver una vez más a ese amor perdido por error, ese familiar llevado al cielo o esa mascota tan particular. En fin, todo lo que nos rodea.

   Existen dos puntos circunstanciales y cruciales en la vida. Uno de ellos es levantarse al lado de una persona, saber que esa misma te brinda cariño y entonces el día que espera, será fenomenal. El otro, es enterarse de un suicidio, algo tan frío, tan vil. A veces, cuando tira tan para abajo la sociedad, tengo miedo que me lleven y quiero escaparme de mí mismo, me aterra la idea de borrarme del mapa, me aterra todo lo que tenga que ver con la muerte, no es que tenga miedo de morir ya o después; mi miedo es si podré salirme con la mía. Los días domingo sin dudas, se hicieron para descansar pero ¿cómo hacerlo si una vida hoy se fue siendo elección propia? Me duele por su familia, por su gente, por mí, es mi vida también...

   Lo que pase en el medio de estos dos puntos, es una breve línea, pero instantáneamente representará de qué forma irás caminando. Me corre una brisa y seguro sea su alma acercándose, me aterra. Me aterra la idea de que una persona se vaya por propia voluntad, pero lo respeto, con mucha tristeza y cariño. Una vida menos es un paso más para el tirón de la sociedad.