La luna está sorprendida y va
camino a una vaga desesperación, a una depresión y desconsuelo
que no sé
si podrá superar,
que no sé
si sabrá lo que le está pasando,
que tampoco sé
si sentirá las cosas que sentimos.
Sigue brillando, por supuesto,
intensa como siempre,
nunca cabizbaja:
no sabe de egoísmo.
¿Sabrá de días y soles?,
¿del amor que le tenemos?
¿Sabrá de cuánto la pensamos y extrañamos cuando no sale?,
¿qué es la luna?
¿Sabrá hacer otra cosa a parte de enamorar y ver enamorados?,
¿perseguirnos sin intención?
intensa como siempre,
nunca cabizbaja:
no sabe de egoísmo.
¿Sabrá de días y soles?,
¿del amor que le tenemos?
¿Sabrá de cuánto la pensamos y extrañamos cuando no sale?,
¿qué es la luna?
¿Sabrá hacer otra cosa a parte de enamorar y ver enamorados?,
¿perseguirnos sin intención?
Todo lo que no hacemos,
los suspiros y sus reflejos en las aguas,
deambulan en la corriente,
y no se los pueden llevar con ella,
como queriendo decirnos:
“Soy una parte de ustedes,
y ustedes, una parte de mí:
toquenmé, busquenmé; sueñen conmigo”.
los suspiros y sus reflejos en las aguas,
deambulan en la corriente,
y no se los pueden llevar con ella,
como queriendo decirnos:
“Soy una parte de ustedes,
y ustedes, una parte de mí:
toquenmé, busquenmé; sueñen conmigo”.
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